3 errores comunes que cometes al reclamar a tu aseguradora

Fecha: 2024-10-13

Nada es más frustrante que pagar tu póliza cada mes para que después tu aseguradora se lave las manos cuando tienes algún percance.

Ante estas situaciones, sentir impotencia y estrés es de lo más normal. ¿Y lo peor? Tu aseguradora lo sabe. Juegan con tu frustración para no darte lo que te corresponde. Creías que estaban para ayudarte cuando en realidad están entrenados para desgastarte hasta tal punto que parece que solo queda rendirse.

¿Crees que tienes las cartas a tu favor pero tu aseguradora sigue declinando tus reclamaciones?

Probablemente estás cometiendo alguno de estos cinco errores:

1. Redactar Sin Un Orden Lógico o Cronológico

Cuando tienes cualquier accidente, ya sea de coche o en casa, es normal estresarse.

Por si no fuera poco cuidar de tu familia, trabajar y pagar las facturas (incluída la póliza del seguro), siempre puede surgir algún imprevisto. Es ahí cuando llamas inmediatamente a tu aseguradora, con la esperanza de que te cubran lo que te prometieron en su día. Sin embargo, te ponen más excusas que un cliente moroso…

Lo que sucede muchas veces es que, al dejarte llevar por las emociones, los agentes que revisan tu caso no hacen bien su trabajo, diciéndote que tu póliza no contempla tu caso.

Se hacen los tontos, y en vez de empatizar contigo, te ponen trabas que impiden una reclamación exitosa. Lo que debes hacer en esta situación es ponérselo fácil: redacta tu caso en orden cronológico, explicando todo lo que ha pasado de inicio a fin. Cuanto más fácil se lo pongas, menos excusas te pueden poner. ¡Y más fácil lo tendrás para reclamar lo que es tuyo!

Por ejemplo, comienza con la fecha del incidente, detalla los daños y cómo sucedió.

2. No Incluir Suficiente Evidencia o Detalles

Vivimos en un país donde impera la ley del mínimo esfuerzo, y las aseguradoras no son una excepción.

Aunque suene duro, la verdad es que tu aseguradora casi nunca estará a tu servicio. Hacen todo lo posible para ahorrarse costes, y si por casualidad no sabes por qué cada año baten récords de beneficio, es precisamente por el dinero que se ahorran en indemnizaciones. Las “políticas de empresa” de tu compañía están hechas para rechazar todo lo que sea mínimamente ambigüo.

Cada día, tu aseguradora recibe cientos de reclamaciones. Casi todas caen en saco roto por falta de pruebas.

Da igual cuántas veces les llames insultándoles o exigiéndoles que hagan bien su trabajo. Ellos están siempre en la posición dominante, a no ser que se lo des todo tan “mascado” que no tengan más opción que hacerte caso.

3. No Relacionar Los Hechos Con Las Cláusulas de la Póliza

¿Sabes qué intimida más cuando te llegan notificaciones de Hacienda?

¡Que siempre se respaldan en algún resquicio legal! Por eso, cuando te llega la carta, es normal sentirse presionado. Ahora bien, cuando tú presentes tu caso a tu aseguradora, tienes que aplicar la misma estrategia.

Aun así, lo más cómodo es creer ciegamente en lo que te diga tu correduría o agente de seguros.

Ellos podrán decir misa, pero nada es más importante que tu póliza. Cuando presentes tu caso, relaciona todo con la cláusula correspondiente. Al ponerles en bandeja que sabes de lo que hablas, no podrán jugar contigo.

Por ejemplo, si sufres daños en tu coche, revisa la sección de cobertura de accidentes y cita una por una las cláusulas específicas.

En Resumen…

Sabemos que reclamar al seguro es un calvario. Tu aseguradora debería ser tu mayor aliada, pero cuando te sucede cualquier imprevisto, se convierte en otro problema más.

Para facilitar tu reclamación y que finalmente te indemnicen, pónselo fácil. Nada es más molesto que pasar horas y horas llamando y escribiendo correos. Al evitar estos errores en la presentación de tu caso, estás un paso más cerca de una reclamación exitosa y de conseguir que te devuelvan lo que te corresponde. Nunca más dejes que tu aseguradora juegue contigo.