Evita estos 5 errores cuando reclames a tu seguro
Fecha: 2024-10-11
Si piensas que tu seguro resolverá tus problemas cuando más lo necesites, prepárate para enfrentar otros nuevos... causados por el propio seguro.
Aunque parezca mentira, es la realidad. Pagas tu prima cada mes, esperando estar protegido frente a cualquier imprevisto. Pero en realidad, muchas veces tu compañía no está para ti cuando más lo necesitas. Imagina pagarle a un empleado que no hace su trabajo. Esa es exactamente la sensación de impotencia de muchos asegurados cuando su reclamación se convierte en un callejón sin salida.
¿Quieres que tu seguro cumpla lo que te prometió? ¿Que tu inversión realmente valga la pena?
Pues estás en el lugar correcto. En este artículo, te compartimos los 5 errores más comunes que debes evitar al hacer una reclamación que impiden que te devuelvan lo que te mereces (y sobre todo, cómo conseguir que te paguen lo que te corresponde).
Error 1: No Documentar Adecuadamente El Incidente
¿Recuerdas cuando contrataste tu seguro?
Probablemente te prometieron que estarían ahí siempre que los necesitaras, con un servicio de atención al cliente dispuesto a resolver cualquier problema. Después de todo, ¿quién no quiere sentirse respaldado?
Pero cuando llega el momento de la verdad, te enfrentas a una realidad muy distinta: un servicio pésimo.
Las "políticas de empresa" te obligan a justificar cada detalle, porque cuando se trata de pagar, la aseguradora siempre busca la más mínima excusa para evitar hacerlo. Lo que realmente quieren decir con “su póliza no cubre este tipo de casos” es que, si no les entregas todo perfectamente documentado, ni siquiera lo intentarán. Aquí te dejamos algunos consejos para documentar bien tu incidente:
Toma fotos desde distintos ángulos y guarda cualquier recibo o factura relacionada.
Anota la fecha, hora y lugar exactos, además de una descripción clara de lo que pasó.
Si hay testigos, pídeles sus datos de contacto.
Estos pasos son vitales. La falta de información es una de las razones principales por las que las aseguradoras rechazan reclamaciones. Una buena documentación no solo facilita la aprobación, sino que también reduce la posibilidad de que te nieguen lo que te corresponde.
Recuerda: cuanto más claro y completo sea tu reporte, menos excusas tendrá la aseguradora.
Error 2: No Reunir Pruebas Suficientes (fotos, facturas, etc.)
Cuando ocurre un siniestro, lo último que necesitas es que tu aseguradora te ponga trabas. Sin embargo, para muchas compañías, la falta de pruebas claras es la excusa perfecta para rechazar tu reclamación. Y es aquí donde muchos asegurados cometen un error crítico: no recopilar pruebas suficientes.
Sí, es frustrante.
Tú sabes que has sufrido un daño, pero la aseguradora necesita más que tu palabra o cientos de llamadas. Las pruebas lo son todo en el mundo de los seguros. Sin fotos, facturas o testigos que respalden tu versión de los hechos, tu reclamación puede quedarse en nada.
Ahora bien, quizás pienses que reunir pruebas requiere recursos complicados o profesionales. Nada más lejos de la realidad:
- Toma fotos desde el momento en que ocurra el incidente. Usa tu móvil, no necesitas una cámara profesional.
- Graba algunos vídeos para que se vea claramente qué sucede.
- Y no olvides guardar cualquier recibo o factura que demuestre los gastos relacionados. Cada pequeño documento cuenta.
Sin pruebas sólidas, la aseguradora tiene todas las cartas a su favor. Si no presentas suficiente evidencia, te arriesgas a que rechacen tu reclamación con la típica excusa de que "no se puede comprobar el daño".
Con pruebas en mano, reduces drásticamente las posibilidades de que te nieguen lo que te corresponde.
Ya conoces el dicho “más vale que sobre que no que falte”. Pues lo mismo aplica a los seguros.
Error 3: No Revisar la Póliza Antes de Presentar la Reclamación
Es normal no acordarte de qué cubre exactamente tu seguro, por eso tómate el tiempo de revisar tu póliza antes de presentar una reclamación.
Puede parecer tedioso o innecesario, pero confiar en lo que recuerdas sobre tu cobertura puede salirte caro (no solo en dinero, sino también en tiempo).
Cuando contratas un seguro, la póliza está llena de términos legales que muchas veces pasamos por alto. Sin embargo, al enfrentar un siniestro, esos detalles marcan la diferencia entre una reclamación aceptada y un rechazo rotundo.
La cruda realidad es que los contratos están escritos para que casi nadie los entienda.
Las aseguradoras juegan con la ignorancia de la gente para ahorrarse miles de euros que deberían pagar en indemnizaciones. La letra pequeña, las cláusulas y los tecnicismos son más trabas que impiden a muchos conseguir lo que es suyo.
Por eso, antes de llamar o enviar un correo con tu reclamación, haz lo siguiente:
- Revisa tu póliza con detenimiento, asegurándote de que entiendes bien todo.
- Observa si el siniestro está cubierto y entiende qué limitaciones o exclusiones podrían aplicarse.
- Si no estás seguro, contacta a tu agente para aclarar cualquier duda. Unos minutos revisando tu cobertura pueden ahorrarte semanas de dolores de cabeza.
- Muchas reclamaciones son rechazadas porque los asegurados no están al tanto de las exclusiones o límites específicos de su póliza. Al hacer una segunda revisión, te aseguras de que tu reclamación esté bien fundamentada y evitas sorpresas desagradables.
Error 4: Redactar una Narrativa Poco Clara o Incompleta
¿Has oído alguna vez aquello de que la forma es más importante que el fondo?
Cuando presentas una reclamación, la forma en que cuentas tu historia es fundamental. Es tentador dejarse llevar por la frustración y la rabia, especialmente cuando el servicio es pésimo y dan ganas de insultarlos.
Es en esta clase de situaciones cuando es clave mantener la compostura.
Si no, tus esfuerzos caerán en saco roto.
Una narrativa clara y bien estructurada puede marcar la diferencia entre una reclamación rápida y un proceso interminable lleno de trabas. Las aseguradoras reciben innumerables reclamaciones, y si tu relato es confuso o incompleto, tu caso se perderá en el montón.
Y quizás piensas que hay que ser muy bueno escribiendo para sonar convincente. Lo bueno es que es más sencillo de lo que crees:
- Comienza con una breve introducción que resuma el incidente y su impacto en ti.
- Presenta la información en un orden cronológico. Incluye lo que ocurrió, cómo sucedió y las consecuencias que enfrentaste.
- Evita jergas o tecnicismos que puedan confundir.
Y por último, relaciona todo lo que escribas con la cláusula correspondiente para que no te pongan excusas.
La verdad es que son muy rápidos para quitarte el dinero de la cuenta bancaria, pero no tanto cuando les toca hacer su trabajo: darte lo que te corresponde. Por eso, cuanto más fácil sea para ellos entender tu situación, más probabilidades tienes de que resuelvan tu caso a tu favor.
Aunque sientas ganas de perder la calma por el mal servicio, mantener la compostura y presentar tu reclamación de manera profesional es lo que realmente te ayudará a obtener lo que te corresponde.
Error 5: Hacerlo Todo Por Tu Cuenta
Quizá creas que ahora puedes manejar la reclamación por tu cuenta. Sí, de verdad quieres intentarlo, prepárate para echarle horas y horas que podrías invertir en tu trabajo, tu familia o en ti mismo. Pero seamos realistas: las aseguradoras tienen recursos, personal especializado y experiencia en manejar reclamaciones.
Y tampoco tienes que enfrentarte a este proceso solo. En MataSeguros, creemos que tu tiempo es tu activo más valioso. Tener a alguien que entienda el sistema a tu lado puede ser un verdadero salvavidas. Tu tiempo es oro. Cada día que pases sin actuar es un día más cerca de perder el dinero que te mereces.
Esa es precisamente la razón de nuestra existencia.
MataSeguros está aquí para facilitarte todo el proceso, actuando como tu representante frente a tu aseguradora y brindándote asesoría constante.
Ya hemos ayudado a decenas de clientes a recuperar miles y miles de euros. Si quieres que te ayudemos con tu caso, rellena el formulario de contacto: https://mataseguros.com/